domingo, 31 de agosto de 2008

Por poco no lo cuento


Discover Various Artists!


El batacazo que me pegué anteayer fue de los que hacen historia. Todavía no me creo que esté entero.

Vivo en una casa de dos plantas, las cuales se comunican con una escalera de caracol. El último tramo, bajando, es recto, y no hay pasamanos por la derecha, porque los escalones van adosados al eje de la escalera, menos en ese tramo final. La escalera está en un jardín de interior con el suelo cubierto de piedras de río. Exacto. Ahí fui a parar, derechito y sin escalas. Resbalé, y todavía no sé cómo fue la secuencia. Sólo recuerdo que me dio tiempo a encoger los brazos y pensar "de esta no salgo".

Por suerte la caída fue limpia. Haber entrenado caídas de todas clases en la academia de la poli también ayudó. Hace muchos años, pero el que tuvo, retuvo. Aún así, pasaron varios minutos hasta que pude reaccionar y levantarme, porque me quedé completamente aturdido. Reaccioné cuando vi delante de mí a mi hija de un año y siete meses, mi sobrina de tres, y mi suegra, diciéndome con insistencia ¡que me mojase la cabeza! Claro, la pobre acudió al oir el estruendo que formé, como las niñas, y me vio frotándome el coco con la mano, pero yo todavía estaba tratando de averiguar si me había roto algo, porque me parecía imposible estar ileso.

El día siguiente por la mañana casi no me podía levantar, tenía el hombro molido, pero hoy ya estoy completamente recuperado. Aún no me lo creo. Eso con casi cuarenta tacos, y luego, a los veintiuno, voy y me rompo la rodilla por cuatro sitios de la forma más idiota. Pero no lo voy a contar, que ya os habréis reído bastante por hoy.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Para Daniel

El primer cumpleaños que paso separado de ti. No sabes cuánto te estoy echando de menos, especialmente hoy, en que tantos recuerdos me vienen a la memoria. Doce años ya, todo un hombrecito ¿eh? Aunque no lo celebre contigo, voy a brindar con una cervecita, porque a fin de cuentas también hace doce años que soy padre. Pues eso, salud, por nosotros.

Quiero recordarte que estoy muy orgulloso de ti. Nunca me has defraudado, excepto por esos pequeños lapsus de memoria (por ser suave) que a veces tienes. Pecata minuta. Eres el hijo que cualquier padre querría tener. Bueno, uno muy futbolero tal vez no, pero yo me conformo de sobra.

Siempre has sido muy maduro para según qué cosas, y nunca se me olvidará la entereza con la que llevaste mi salida de casa. Eras bastante más chiquitín (de edad, porque seguro que a estas alturas -juego de palabras malo- ya me has pasado la cabeza), pero te comportaste de manera ejemplar.

Las circunstancias me han llevado a forjarme una nueva vida muy lejos de ti. Ten siempre presente que todo lo que estoy haciendo es pensando en ti y en tu hermana. Tengo mucha ilusión en los proyectos que estoy llevando a cabo, y deseo que pronto puedas ver con tus propios ojos el fruto de tantos esfuerzos y desvelos.

Que tengas una buena entrada de curso en esta nueva etapa de instituto. Sé que tienes capacidad de sobra para conseguir lo que te propongas, pero no hace falta que te recuerde que tú eres tu único obstáculo.

A por ellos, que son pocos y cobardes.

sábado, 9 de agosto de 2008

Un logo mal elegido

La Oficina del Comercio Público (OGC en sus siglas en inglés) se gastó 20.000 euros en diseñar su nuevo logo. Los diseñadores no se comieron mucho el tarro, la verdad: las tres letras iniciales pegadas entre sí, con una tipografía austera y en color pardo.




Hasta que alguien lo miró desde otro punto de vista...

martes, 5 de agosto de 2008

Despedida

Ahí estaba, paralizado y con cara de no entender nada, mientras observaba cómo se alejaba en el taxi en el que se acababa de subir. "Es mejor así, compréndelo", fueron las últimas palabras de ella. Pero él no podía comprenderlo. No después de poner toda la pasión de la que una persona es capaz para solucionar las cosas. Empezó a llover, pero seguía paralizado. Sólo movió una mano para retirar una gota de su rostro. O quizás era una lágrima.