jueves, 27 de noviembre de 2008

Here I go again

Ni en mis mejores sueños podía esperar que las cosas empezasen a rodar tan bien como lo están haciendo desde que regresé (huí, puse tierra -mar, mejor dicho- de por medio). He conseguido un coche por cuatro duros que funciona a la perfección, gracias a la mediación de un amigo -siempre los amigos-, llevo una semana trabajando, he tenido una cita con V. muy prometedora, y veo la vida de otro color. Porque realmente lo vi todo muy negro y llegué a creer que no saldría del pozo, y temí que si lo conseguía sería con secuelas que necesitarían ayuda especializada. Que me iba a quedar tocado, vaya.

Lo único que impide que la situación no sea como para tirar cohetes es mi separación de la niña. No hace ni un mes que no la veo y me parece que hace siglos. Es lo que hay, ya me he hecho a la idea de verla cuando las circunstancias lo permitan, pero no deja de ser una faena enorme.

Por lo demás, muy animado, a pesar de que la situación económica me tiene asfixiado. Al menos estoy ejerciendo de nuevo mi profesión, no ocupando la plaza de la que estoy de excedencia, sino cubriendo una plaza interina. Me ha tocado un grupo de trabajo estupendo y estoy muy a gusto, reciclándome en muchas facetas del oficio, que me hacía falta. Lo único malo es que es en una ciudad a cincuenta kilómetros de mi casa y no gano para gasolina. Tendrá una duración de tres meses, pero espero que igual que ha surgido esta oportunidad, tenga otras cuando finalice el contrato.

Me he dado cuenta de lo importante que es tener una familia y unos amigos que se preocupan por ti. Saber que están ahí para lo que sea, sin condiciones. Y de que soy un privilegiado por poder decirlo con la boca llena. Necesitaba ese calor después de haberme sentido muchas veces tan solo y con la autoestima por los suelos, de vivir cada día con la presión de saber que estás siendo permanentemente cuestionado en tu propia casa, de sentirte un fracasado en lo laboral y en lo sentimental.

Además de todo eso, mi madre me ha hecho un bocadillo de tortilla de patatas para la merienda en el trabajo. Y lo demás son cuentos.




jueves, 20 de noviembre de 2008

Día universal del niño


La verdad es que sólo se me ocurren tópicos para comentar sobre el tema, creo que todo está dicho ya. En cualquier caso, estaría bien que entre todos hagamos un poco de ruido el día de hoy, y que quede bien patente nuestro más absoluto rechazo a esa panda de degenerados a los que habría que colgar de los huevos. Aunque se podría haber escogido otra fecha, que los medios ya tienen aseguradas las portadas para este día, repetidas año tras año. En fin, a ver si conseguimos eclipsar un poco el aniversario de marras.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Tocado y hundido

Esto que sigue es el post que ha estado hibernando una temporada. Finalmente he decidido seguir adelante con el blog, y asumir las consecuencias, para bien y para mal, que tampoco voy a seguir la táctica del avestruz.

Lo escribí el 10 de octubre, ya llevo un par de semanas de vuelta en España. Empezando de cero, otra vez. Otra vez.


Yo pensaba que las cosas no podían irme peor, iluso de mí. Las cosas siempre pueden empeorar, y ya debería de irme enterando de eso.

A todo lo ya contado aquí en entradas anteriores, ahora se suma el hecho de mi ruptura con
mi mujer. Por un mínimo sentido de corrección, no voy a dar ni un solo detalle de las circunstancias de la misma; sólo decir que la situación ya había llegado a límites difícilmente superables. Eso supone que tengo que hacer las maletas y volver a casa, no hay otra salida posible en las circunstancias actuales. Me he quedado sin recursos por causas que no vienen al caso, pero sobre las que también di detalles en otra entrada. En otro caso, si me hubiese conseguido radicar aquí, si el proyecto hubiese funcionado, me quedaría, obviamente.


Sólo yo sé lo que he luchado por intentar reconducir la relación, por pulir los detalles que habían hecho que la misma degenerase en lo que hoy es, pero me he estrellado una y otra vez, y ahora, después de una primera fase de negación, de no querer aceptar la realidad que tenía ante mí, acepto con resignación que se acabó. Hay que saber perder con clase.

Sólo me queda resolver unos asuntos burocráticos para cuando vuelva de visita entrar con la residencia permanente. Porque volveré de visita. Dejo aquí a mi hija de veintiún meses, y eso ya me cuesta mucho más aceptarlo. Separarme de ella ahora me rompe el alma, sólo pensarlo hace que sienta cómo algo me aprieta el pecho y me impide respirar con normalidad. Es mucha la impotencia y la rabia que se sienten cuando irremisiblemente te ves abocado a verte despojado de la presencia diaria de lo que es una de tus razones de vivir.

Hasta enero de 2010 no puedo reincorporarme a mi puesto de trabajo, del que estoy de excedencia, así que durante este año y pico voy a tener que agarrarme a un clavo ardiendo y buscar trabajo de lo que sea, que los intereses por los número rojos me comen por los pies. Mala suerte hasta para eso, buscar un hueco en el mercado laboral en una época con tasas de paro como no había desde hace mucho tiempo. Tengo que intentar hace gala de una moral de hierro y mentalidad positiva, no dejarme vencer por los elementos, y salir a flote a pesar de todo. Ayuda por parte de mi familia sé que no me va a faltar, y eso ya es mucho terreno ganado.

Intentaré actualizar cuando pueda, pero supongo que no me va a quedar otra que tener el blog un poco abandonado, a mi pesar. Espero poder contar alguna alegría pronto.