viernes, 23 de febrero de 2007

Ya soy un ex-fumador

Hace seis días que no fumo. Ya publiqué en un ladrillo anterior mis avatares en la lucha contra el tabaco. Pues me da a mí que, después de varios intentos por dejarlo, y sus correspondientes recaídas, esta es la buena.

Me avisó mi buen amigo, el Dr. José Manuel Valverde, de que comenzaba un taller de tabaco en su centro de salud. José Manuel es el "padre" del protocolo de deshabituación tabáquica utilizado en los centros de salud de Baleares, y posiblemente la mayor autoridad a nivel nacional en la materia.


Hace unos meses me habló de un fármaco para ayudar a dejar de fumar que iba a empezar a comercializarse en Europa. Hasta ahora sólo se podía encontrar en Estados Unidos, y los resultados de éxito de los usuarios están siendo más que alentadores, muy por encima incluso del bupropion, principio activo del fármaco comercializado bajo el nombre de Zyntabac, y producto estrella hasta ahora. Por cierto, ahora me he enterado de que se empezó a utilizar como ayuda para dejar de fumar por casualidad, porque originalmente era un ansiolítico, y se descubrió que había pacientes que habían notado menor adicción a la nicotina. Se le cambió el nombre, se subió el precio, y negocio redondo.

Estoy hablando de una maravilla cuyo nombre comercial es Champix. El principio activo es vareniclina, y actúa directamente en la parte de las neuronas donde lo hace la nicotina. He empezado a tomarlo hace unos diez días, y desde la primera dosis empecé a notar que me apetecía menos fumar. Durante los primeros día se simultanea con el tabaco, y hay que fijar un día "D" para dejar de fumar. El grupo de tabaco del que formo parte, y dirigido por el Dr. Valverde, tenía el pasado domingo 18 su día "D", y desde entonces no he fumado ni un solo cigarrillo, ni creo que vuelva a hacerlo. Vale, seré honesto, encendí uno que le gorreé a un amigo, pero con fines puramente científicos. Y confirmé que no me sabía a nada, así que di dos caladas y lo apagué.

Ahora viene lo difícil, porque dejarlo está siendo relativamente bastante fácil. No volver a recaer es la cuestión, y en eso se van a centrar las últimas sesiones de la terapia. Pero estoy muy concienciado y motivado, y no puedo volver a fallarme ni fallar a quienes están confiando en mí.

Nunca olvidaré la cara de satisfacción de mi hijo cuando le dije el otro día que ya no fumaba. Esa imagen debería ser más que suficiente para vencer cualquier tentación
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domingo, 18 de febrero de 2007

Cita

"Tu amigo tiene un amigo, y el amigo de tu amigo tiene otro amigo; por consiguiente sé discreto."
Talmud.

Cuántas veces habremos metido la pata. Por lo menos, yo. Total, se lo estaba contando a alguien de absoluta confianza...

miércoles, 14 de febrero de 2007

Flores

Hoy hace siete años que murió mi padre. Nunca le faltó un detalle para con mi madre el día de los enamorados, aunque para él cualquier día era perfecto para presentarse con un ramo de flores. El día que murió, una horas antes, yo le regalé a mi madre un sencillo jarroncito con dos rosas de parte de mi padre. Llevaba un par de días sedado.

Hoy se ha presentado un mensajero en la recepción de mi empresa preguntando por mí. Me han avisado por línea interna, y me ha entregado un ramo de rosas, con una tarjeta de parte de mi mujer y de mi hija. Joelma sabe que me encantan las flores.

Hoy me he emocionado por partida doble.

domingo, 11 de febrero de 2007

Citas

A partir de hoy voy a ir publicando una selección de citas que, para bien o para mal, me han hecho darle vueltas al coco, que siempre viene bien.

Empiezo con una de Samuel Johnson (1709-1784. Escritor inglés):

"Casarse por segunda vez es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia."



Una perspectiva bastante más optimista que el típico "El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra"

viernes, 2 de febrero de 2007

El fin de una mala época

Al final va resultar verdad que después de una mala racha siempre viene una buena. La de cal y la de arena. Que por cierto, a ver si alguien me aclara cuál es la buena y la mala, porque supongo que tanto la cal como la arena son muy dignas y digo yo que tendrán su corazoncito, que quisiera saber yo a cuál de ellas le atribuyen el papel de mala, la pobre.

Que se me va la olla. Decía que ahora me está tocando una racha buena. Parecía imposible, visto lo visto, pero ha llegado. Después de estar al borde de una depresión, a punto de romper con mi pareja por discusiones siempre relacionadas con lo mismo, con los nervios a flor de piel, más hundido cada día y más endeudado cada mes, ahora empiezo a ver la luz al final del túnel. Espero que no sea el tren, que viene de frente.

Para ser justo, reconozco que no todo ha sido tan malo. Después de todo, mi relación se ha fortalecido más después de cada crisis, y en el terreno laboral me he formado en varias especialidades que me están permitiendo crecer profesionalmente, aparte de que Joelma firmó no hace mucho un contrato indefinido en su trabajo, donde se encuentra muy a gusto. Menos da una piedra.

La noticia de la llegada de una hija en mayo del año pasado, si bien me llenó de alegría e ilusión, desde luego no se produjo en el mejor de los momentos. El descubierto de la cuenta corriente era cada vez mayor y, haciendo vida casi de ermitaños, no tenía ni idea de cómo íbamos a salir adelante.

Pero parece que en este caso sí que ha venido con un pan debajo del brazo. De hecho parece que tiene enchufe en la panadería. De la noche a la mañana, la suerte juega en mi equipo. Se ha pasado una buena temporada calentando banquillo, pero al final ha saltado al campo.

Hace unos días, en cuestión de veinte minutos, recibí dos noticias que esperaba como agua de mayo desde hacía tiempo. Me emplazaban en dos notarías distintas para cerrar sendas transaciones, el mismo día con una hora de diferencia. En una mañana saneé mi cuenta corriente al liquidar bienes comunes con mi ex y vendimos el piso donde vivo ahora. Ya habíamos entregado la reserva -fundiendo los saldos de las tarjetas- para un piso en construcción, y teníamos que buscar algo temporal de alquiler, y encontramos de casualidad una ganga en una de las mejores zonas de Palma, un ático en una finca moderna con vista parcial al mar -por cierto, estoy de mudanza, y van... -. Por otra parte fui a saldar cuentas con el administrador de fincas, y me dicen que han devuelto las cuotas extras que hemos pagado los propietarios todo el año para rehabilitación de la fachada, por morosidad de varios vecinos, con lo que tengo saldo a mi favor.

En fin, que por lo menos este año, hasta que formalicemos una nueva hipoteca, vamos a respirar un poco, que ya nos tocaba. Que luego serán treinta y cinco o cuarenta años casado con el banco, y volverán las estrecheces, pero este año, que me quiten lo bailao.