Conversación entre mi hijo Daniel, de diez años y mi sobrina Paula, de siete, mientras jugaban a sus respectivas Nintendos:
Paula: Ya no tengo huevos para seguir jugando.
Daniel (escandalizado): Paula, no deberías ser tan mal hablada. Di cataplines, por ejemplo.
Paula: ¿Qué es lo que no puedo decir?
Daniel: Huevos, es una palabrota.
Paula: Es que ya no me quedan huevos en la pantalla que seguir recogiendo, y no tengo más vidas.
4 comentarios:
Jajajajajajajaja.... Geniales, las conversaciones entre niños son geniales. ^_^
Besotesssssssssssss
La ignorancia de los niños es lo más bonito que hay. Muy divertido.
hermoso!!!
jajajaja
lindo blog, hasta pronto
Fíjese lo que da de sí la diferencia de edad.
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