He recaído. Volví a engancharme al tabaco hace unos diez días. No he tenido la firmeza suficiente, y en un momento de debilidad pedí un cigarro, sabiendo que estaba perdido. La excusa fue un momento de nervios (explosión, más bien) que no viene a cuento contar, porque no tengo justificación alguna. Pero sigo luchando, tengo confianza en la victoria final, con ayuda de mis amigas las pastillas, Champix, que recomiendo a todo el que esté determinado a poner fin a la maldita dependencia tabáquica.
Reconozco que me da cierta vergüenza reconocer que he recaído y que el maligno me ha ganado un pulso. Sólo un ex fumador o quien esté pasando por intentar dejar de fumar puede saber de lo que hablo.
Me he marcado mañana lunes como el nuevo día para dejarlo. Y estoy muy motivado, y cabreado, y enrabietado.